miércoles, 18 de agosto de 2010

58

Llovió toda la noche y para vengarme de la tormenta, soñé por ocho horas con la costa noroeste del continente, los lagos que se funden en el horizonte con el cielo y tu mano inquieta que no me deja concentrar. Amanecí sonriendo, lista para sortear el caos.

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