No era cosa de pedir, sino de encontrar. Gruñir una fantasía y encontrar que en la sombra de los pasillos aparecen las travesuras de la juventud, la promesa matutina del Viento, la voz del mar frío al norte del continente y el rugido seco de los viejos felinos que me enseñaron a querer. Los tiempos se mezclan en mi cabeza, la evidencia de que aún son presente me sorprende. Sigo siendo tantas Yo...
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