Hoy, en el primer día de mi otoño, el sol a veinticinco grados se reflejó en el cobre tintineante. La luz en los ojos me aniquila el temor al futuro, recuerdo que es hoy es presente, que dentro de mí estoy, mirándolos a escondidas detrás de mi cáscara, apenas tocándolos con las palabras, a veces fundiéndome en los besos o los sueños.
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