domingo, 10 de octubre de 2010

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A veces se dicen cosas contundentes que abren puertas que no existían. Hablar deja de tener sentido y por un tiempo flotamos tratando de no aterrizar discursos o rutas, solamente sintiendo la voluptuosidad de poder hacer cualquier cosa, todavía en este mundo de siempre que, sin embargo, es ya otro.

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