martes, 30 de noviembre de 2010

99

Vivir es abordar un instante que imaginamos continuo, la danza de pasados y futuros sobre la supeficie de esta única respiración. Es la piel que se eriza, la idea que nos protege, la realidad rebelde llena de esquinas ignoradas. Una isla que pretendemos camino; un andar hecho de piedras de río.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

98

Las manchas de sol avanzan sobre la pared de barro. Pasan las horas en el baile de las sombras de la encina, el marco de la ventana, las manchas del cristal. La mano del viento mece el humo del cigarro, dibuja olas diminutas en el vaso con agua. Observo la vida de las cosas y respiro el silencio, me muevo sin tocar el mundo, hablo con los ojos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

97

Mi casa, que por unos días se ha convertido en tu casa, me trae esa sensación ya casi olvidada de esperar a alguien, de pensar en plural y sonreír porque llega la hora de despertar y encontrarte en mis brazos, de verte después del trabajo, de saber qué ha pasado en estas horas. La sencilla estructura de la vida que de pronto se vuelve sorprendente. La deliciosa cursilería de los enamorados.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

96

Ahora que soy una negra feliz a la que le basta el aire, el mar y la tierra para ejercer sus deseos, para llenarse los ojos de silencio; hoy que escucho y hasta puedo usar la piel para consolar a los de mi sangre: la claridad me lleva de la mano, leo todo el día y no se me acaba la fe en lo que siento.

La vida es fácil y me preparo para un tiempo en el cuál hacer valer todo eso.
Ahora... estoy lista para ello.

domingo, 7 de noviembre de 2010

95

No quiero lavarme de la piel este camino de dientes y dedos. No quiero olvidar que volví a casa de madrugada y había un hombre esperándome, guardando bajo la manta todo el calor que quedaba del otoño. No quiero perder esa calma traviesa, sus ojos hechos de verdades, los pequeños nombres con los que me llama desde el fondo de mis sueños. Me quedo esta tarde flotando en mis caprichos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

94

La Ella que dormía escondiéndose del frío despertó ya un poco tarde. Ella, la otra, la lectora, se apresuró a buscar la página marcada la noche anterior. Pero Ella, la sensual juguetona, quería tomar el sol en la azotea y olvidarse de la calle. Tuvo que llegar Ella y mirarlas a todas: la que hacía piruetas en la cama, la que buscaba los lentes, la de los deditos de los pies inquietos; les gritó su nombre a la cara, las llamó al orden y, juntas otra vez, se sentaron a desayunar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

93

Con el rostro mirando de tres cuartos a los extraños de aquella mesa, pensó que el escote, los labios inolvidables, los ojos enamorados-inocentes, eran solamente armas para manipular el reflejo que tenían de sí mismos. Miraba al otro mirarla, devolvía la imagen con leves reacciones. Por un rato fue la insinuación que no confirma pero desvía, vehículo de intenciones, juego indoloro sin nombre.