Y cómo el futuro era algo que sucedía a cada presente, que se construía con pequeños pasos y gestos. El azar se había vuelto un hilo de plata entre los dedos, temblor ligero de las posibilidades. El mundo seguía, insensato; nosotros simplemente nos mirábamos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario