miércoles, 21 de abril de 2010

24

La debilidad me ataca a media mañana, me aparta de los otros, me tiembla entera los muslos y las manos. Subo al techo de la casa, me quito la ropa, me dejo atravesar por el sol: hay días en los que sólo puedo ser materia.

1 comentario:

Betuel Mercado dijo...

que rica sensación ser tocado por un rayo de sol, y más tomarte ese instante.
saludos